jueves, 15 de febrero de 2018
LLEVO UNA VIDA TOTALMENTE INSPIRADA.
Creo el hábito de hacer una pausa al comienzo del día para recordar quien soy en Verdad. A veces, reflexiono en las cualidades divinas, tales como compasión, bondad y belleza. Reconozco la presencia y el poder de mi identidad sagrada.
Recuerdo que he sido creado a imagen y semejanza de Dios, y me regocijo por la presencia de estas cualidades espirituales en mi ser. “No eres una gota en el océano. Eres todo el océano en una gota”.
Cuando estoy establecido en fe, veo la belleza y magnificencia de lo Divino reflejadas donde quiera que voy. Cuando digo ¡Sí! a lo sagrado de mi ser, estoy receptivo a vivir una vida inspirada.
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